apocrypha73: (spn_cas_angel glare)
apocrypha73 ([personal profile] apocrypha73) wrote2010-12-27 07:19 pm

Lectura muy recomendable

Cualquiera que se haya movido un poco por el fandom de Supernatural habrá oído hablar o habrá leído allguna mención a la novela Buenos Presagios (Good Omens), de Neil Gaiman y Terry Pratchett. No es extraño, porque Kripke bebió tanto de las fuentes de Good Omens para el argumento de la quinta temporada, que para mí hasta les debe dinero por los derechos de autor.

El caso es que, de tanto leer comentarios sobre este libro, me dio curiosidad, así que lo compré.

Puede que sea el dinero mejor gastado de todo el 2010 para mí. Así de bien me lo he pasado leyéndolo.




Lo primero que tengo que decir es que Gaiman y Pratchett escribieron crack mucho antes de que nadie supiera lo que era eso. O sea, la historia que cuentan es la siguiente:

El acontecimiento que pondrá en marcha el fin del mundo es, por supuesto, el nacimiento del Anticristo. Al demonio Crowley le toca el honor de llevar al bebé a la clínica donde será intercambiado por el hijo de un diplomático americano que acaba de nacer. Jamás se le ocurriría negarse a cumplir esa tarea, por supuesto, y menos sabiendo cómo se las gastan sus jefes. El problema es que Crowley, después de tantos siglos en el mundo, ha terminado por cogerle gusto y no le hace ninguna gracia la idea de que se acabe. Después de todo, aquí se vive mucho mejor que en el Infierno.

Por lo tanto le propone a Azirafel, un ángel que lleva destinado en la Tierra tanto tiempo como Crowley (y con el que ha acabado desarrollando una amistad sorprendentemente civilizada), que hagan algo para evitarlo. Se supone que ninguno de los dos tiene libre albedrío, así que no pueden oponerse abiertamente al Gran Plan que está escrito desde el principio de los tiempos, pero imaginan que no hay nada de malo en que los dos sigan haciendo su trabajo: intentar atraer almas hacia sus respectivos terrenos. En este caso, la del Anticristo.

Sólo hay un pequeño problema: la monja satánica (sí, eso es lo que he dicho) que tenía que encargarse de intercambiar a los bebés metió la pata, y en vez de entregar al Anticristo al diplomático americano, se lo coló a una familia inglesa totalmente normal.

Lo que significa que Azirafel y Crowley llevan once años supervisando la educación del niño que no es.

No tendrían que complicarse tanto la vida si tuvieran en su poder Las Buenas y Acertadas Profecías de Agnes la Chalada, escrito en 1655: el único libro de profecías totalmente fiable de la historia de la humanidad y, por lo tanto, el único al que nadie le ha hecho caso nunca.


Con semejante premisa, ya os podéis imaginar qué clase de libro os estoy recomendando. Pues sí, es todo eso que os estáis imaginando. Y luego un poco más.

Porque, ¿sabéis qué es lo mejor de este libro? Que Gaiman y Pratchett son dos genios. Es decir, no se limitaron a tener una idea brillante para usar como punto de partida, no: además supieron desarrollarla con maestría, acabando por crear una obra redonda. Si tiene algún fallo de continuidad, o algún capítulo que se haga más lento o aburrido que el resto, yo no soy capaz de encontrárselo. Tampoco lo fastidan con el final, que para mi gusto es sólido, coherente y responde a las expectativas que te creas mientras lo estás leyendo (te estoy mirando a ti, Kripke). Y tratan a todos su personajes con cariño, lo cual es muy de agradecer (te sigo mirando a ti, Kripke).

Su humor está entre lo más refinado, ingenioso y puramente británico que he tenido la suerte de disfrutar en mucho tiempo:

"No era una noche oscura ni tormentosa. Debería haberlo sido, pero el tiempo está como una cabra. Por cada científico loco que da con una oportuna tormenta eléctrica la noche en que termina la Obra Maestra que yace en la mesa de autopsias, cientos pasan el rato, ociosos, bajo el pacífico cielo estrellado, mientras Igor se va apuntando las horas extra."

"Los patos de aquel parque estaban tan acostumbrados a que les echaran pan los agentes secretos que se reunían clandestinamente que habían desarrollado su propia reacción de Pavlov. Si se pone un pato del parque de St. James en una jaula de laboratorio y se le enseña una foto de dos hombres --uno siempre envuelto en un abrigo con el cuello forrado y el otro algo lúgubre y con bufanda--, mirará hacia arriba expectante."

"Quizá tuvo alguna vez todos los dientes, pero únicamente porque nadie podría haberlos querido; sólo uno de ellos debajo de la almohada y el Ratoncito Pérez habría presentado la dimisión."

"Newton Pulsifer podría describirse así: un hombre que, si se metía en una cabina de teléfonos y se cambiaba, tal vez podría arreglárselas para salir con pinta de Clark Kent."



Las conversaciones entre Azirafel y Crowley merecen una mención aparte:


"- Ganaremos, de eso no cabe duda- dijo.

- Tú no lo deseas- contestó el demonio.

- ¿Y por qué no, si se puede saber?

- Oye- dijo Crowley desesperado-, ¿cuántos músicos crees que tenéis en vuestro bando? De primera clase, quiero decir.

Azirafel parecía desconcertado.

- Bueno, si no me equivoco...- empezó a decir.

- Dos- continuó Crowley- Elgar y Liszt. Y eso es todo. Los demás los tenemos nosotros. Beethoven, Brahmns, los Bach, Mozart, todos. ¿Tú te imaginas la eternidad con Elgar?

Azirafel cerró los ojos.

- Perfectamente- gimió."



"- Ni te imaginas cómo se las gastan por allí abajo- se lamentó.

- Supongo que igual que se las gastan por allí arriba- respuso Azirafel.

- Venga ya. Vosotros recibís la inefable clemencia- protestó Crowley agriamente.

- ¿Ah, sí? ¿Has ido alguna vez a Gomorra?

- Pues claro- contestó el demonio-. Donde la taberna de los cócteles aquellos tan geniales de hojas de dátil fermentadas, con nueces y limoncillos...

- Después de eso, quería decir.

- Ah."



"- Eso es caer muy bajo- dijo Azirafel, mientras recorrían los pasillos vacíos.

- ¿Qué he hecho yo? ¿Qué he hecho yo?- dijo Crowley, abriendo puertas al azar.

- Ahí fuera se están pegando tiros.

- Bueno, pues allá ellos, es cosa suya. Es lo que desean hacer de verdad. Yo sólo les he ayudado. Tienes que verlo como un microcosmos del universo. Libre albedrío para todos. Inefable, ¿no?

Azirafel le fulminó con la mirada.

- Bueno, bueno- gimió Crowley desconsoladamente-. Nadie saldrá muerto. Todos se librarán milagrosamente. Si no, tampoco tendría gracia.

Azirafel se tranquilizó.

- ¿Sabes qué, Crowley?- dijo con una radiante sonrisa-. Siempre he pensado que en el fondo, eres todo un...

- Vale, vale- le espetó Crowley-. ¿Por qué no pones un anuncio?"




Pero ahí no acaban los atractivos de esta novela, porque sus autores no se conforman con hacer un libro divertido. Además se las arreglan para introducir, medio a escondidas, una serie de reflexiones sobre el ser humano, el bien y el mal más afiladas que un buen cuchillo jamonero:

Hablando de cómo a los demonios les resultaba difícil imaginar maldades que los humanos no hubieran inventado ya por sí solos: "Crowley recibió un ascenso por crear la Santa Inquisición. Andaba por España en aquel tiempo, dedicándose principalmente a recorrer las tabernas de las regiones más agradables, y no se había enterado de nada hasta que recibió la carta. Se fue a echar un vistazo, volvió y estuvo emborrachándose una semana entera".

Sobre las actividades de Hambre (el jinete), que se había hecho millonario vendiendo productos dietéticos y libros para adelgazar: "El resultado fue un producto alimenticio indistinguible de cualquier otro excepto por dos detalles. El precio, que era ligeramente más elevado, y el aporte nutritivo, que era aproximadamente el mismo que el de un walkman de Sony. Comiese uno la cantidad que comiese, perdía peso. (Y pelo. Y color de piel. Y, si se comía durante el tiempo suficiente, señales de vida). Los gordos lo compraron. Los delgados que no querían engordar lo compraron. Era el último grito en productos dietéticos.

Tras una masacre en la oficina de una empresa de telemarketing: "Pero si se miraba el lado bueno, lo único que demostraba todo aquello era que el mal contiene las semillas de su propia destrucción. En aquel instante, gente de todo el país que se habría puesto más tensa y furiosa al haberla sacado de un buen baño, o al oír su nombre mal pronunciado, se sentía en cambio tranquila y en paz con el mundo. Como resultado de la acción de (un demonio), una ola de bondad en menor grado empezó a expandirse de manera exponencial a través de la población, y millones de personas que podrían haber sufrido leves contusiones en el alma, en realidad estaban bien."



Será mejor que pare ya de incluir citas, porque el libro está lleno de frases buenas y, si me desmadro, os lo voy a reventar entero. Y no es plan, porque la idea de esta entrada es motivaros a que vosotr@s también lo disfrutéis. Muy muy recomendable.


(El icono no es que sea muy relevante, pero tenía ganas de usarlo. Deal with it)

[identity profile] dzeta-07.livejournal.com 2010-12-27 10:56 pm (UTC)(link)
¡Rec anotada! La tendré muy presente para mis próximas adquisiciones literarias :D
He pasado un vistazo muy muy rápido por las notas que has puesto (para no spoilearme demasiado, ya sabes) pero con eso ha sido suficiente para notar que tiene algo de ese humor que tanto me gusta.
Y, si además es una obra redonda, pues a leerla lo más pronto posible :D

¡Gracias por la rec!

ps. El iconito de Castiel puede que no sea relevante para la entrada, pero es un absoluto deleite a mi pupila (¡Cas siempre lo es!)

[identity profile] apocrypha73.livejournal.com 2010-12-28 10:31 pm (UTC)(link)
Es que me lo pasé tan bien leyendo este libro que por fuerza tenía que recomendarlo. Los buenos ratos como ésos hay que compartirlos con las amigas :D. Si lo encuentras, espero que lo disfrutes tanto como yo.

Los iconos de Castiel son muy necesarios para nuestras vidas, ¿verdad que sí?