apocrypha73: (spn_deancastiel)
apocrypha73 ([personal profile] apocrypha73) wrote2009-01-29 03:02 am

Meme time!

Primero lo hizo [livejournal.com profile] ela_san, después [livejournal.com profile] alderaan_, y entre las dos consiguieron que me picara. El meme va más o menos de escoger un fandom y un pairing y escribirle diez categorías distintas de fic, supuestamente en 10 palabras o menos. Por supuesto eso de las diez palabras se lo salta todo el mundo porque digo yo que entonces no serían diez fics sino diez títulos. Así que lo dejamos en diez drabbles.

Y me animé a probar. En esto de escribir lo más divertido es experimentar cosas nuevas, y yo, que me enrollo como una persiana para contar cualquier cosa, quería ver si soy capaz de hacer drabbles. Comprobaréis que, en la mayoría de las categorías, he fracasado estrepitosamente. Por lo visto no sé resumir ni queriendo.

Pero en fin, ya que están hechos y no me disgusta cómo han quedado, allá van. El fandom es Supernatural (¡Oh, qué sorpresa!) y el pairing es Dean/Castiel. Y en eso consiste la segunda parte del experimento, porque es mi primer intento de escribir slash. Me ha quedado muy suavito, pero es un comienzo.

Dedicado a [livejournal.com profile] obsscure por su cumpleaños. ¡¡¡¡FELICIDADES, GUAPA!!!


Meme de los 10 drabbles

1. Angst
De pie entre las cenizas de lo que una vez fue un tranquilo pueblo lleno de gente sencilla y noble, Castiel temblaba con los puños apretados, consumido por la rabia y la pena. Al sentir una mano sobre su hombro no le hizo falta volverse para saber que se trataba de Dean.
- No siempre podremos salvarlos a todos, Cas.
- ¿Y de qué sirvo yo entonces? ¿De qué sirve mi poder?- preguntó con amargura.
La única respuesta que el hombre pudo darle fue un ligero apretón de la mano que estaba posada sobre su hombro. Pero fue suficiente.

2. Crossover
Al principio fue una especie de chirrido que le taladraba los oídos, pero pronto tomó forma, convirtiéndose en una voz que parecía sonar dentro de su cabeza y le provocó un escalofrío.
- Buffy.
- ¿Q…quién eres?
- ¿No me recuerdas?
Cerró los ojos, temblando de la cabeza a los pies. Por supuesto que recordaba esa voz. Esa y otras muchas que había llegado a amar como si fueran de su familia mientras estuvo en el cielo.
- Castiel.
- Deja tu estaca, Buffy. Quien se va a alzar de esa tumba no es ni un vampiro ni un demonio.
- Pero las señales… Giles dijo que se trataba del Apocalipsis. Otra vez
- Y tiene razón, el Apocalipsis está en camino, pero esa batalla no se librará aquí.
No quiso contradecirle, pero no pudo evitar que su instinto de Cazadora la hiciera dudar.
- Buffy, ¿confías en mí?
- ¿De verdad te hace falta preguntarlo?
Si fuese posible que una voz sonriera, Buffy habría jurado que la de Castiel lo hacía.
- Entonces créeme cuando te digo que ese hombre que ahora mismo lucha por salir a la superficie no viene a provocar el fin del mundo, sino a evitarlo.
La joven miró hacia la tosca cruz de madera, los árboles derribados formando un círculo a su alrededor. La lógica y la experiencia le dictaban que siguiera allí, vigilando. Pero si Castiel decía que no había peligro, ella le creía, así que guardó su estaca y se apartó de la tumba.
Pero eso no impidió que se escondiera entre unos matorrales para ver quién era ese hombre tan especial. Una cosa era la fe y otra muy distinta la curiosidad. Seguramente Castiel lo entendería.

3. Family
Algunas veces, Castiel los observaba desde lejos sin que lo supieran. Todo lo relativo a los humanos en general le resultaba fascinante, pero en el caso de los Winchester su interés iba mucho más allá.
En algún punto del camino, saberlo todo sobre Dean había dejado de ser parte de su misión y se había convertido en una necesidad personal, y estaba empezando a entender que para ello tenía que conocer también a Sam. El vínculo que los dos hermanos compartían era tan fuerte, tan profundo, que literalmente ninguno de los dos estaba completo sin el otro.
Ni siquiera la conexión entre Castiel y sus propios hermanos podía compararse con lo que había entre ellos dos, y el ángel se preguntaba a menudo cómo sería tener esa clase de relación con alguien. Necesitarle tanto y, al mismo tiempo, saberse el centro de su universo.
En el interior de la cafetería, Sam y Dean se gastaban bromas mutuamente mientras elegían su almuerzo, y en el lugar desde el cual los contemplaba, Castiel rezaba por que Sam nunca escogiera un camino que obligara al Cielo a dar la orden de detenerle. Porque el ángel había descubierto hacía tiempo que era incapaz de hacerle ningún daño a Dean, de modo que si esa orden llegaba, no tendría más remedio que desobedecerla.
Y eso le aterraba.

4. Fluff
- Tengo curiosidad, ¿qué clase de hombre reza pidiendo ser poseído por un ángel?
Castiel se volvió hacia Dean con una expresión de perplejidad al oír la pregunta. Estaban en medio del campo de batalla, contemplando cómo los últimos demonios que quedaban en pie huían despavoridos, dispersándose en todas direcciones.
- ¿De qué estás hablando, Dean?
El cazador hizo un gesto con la mano como tratando de englobar la figura de Castiel al completo.
- Tu… recipiente, o como lo llames. No sé, es que de pronto se me ha ocurrido que el pobre tipo está tan metido en esta guerra como yo y… no sé nada de él.
Castiel apretó los labios y bajó la mirada.
- No rezó pidiendo ser poseído, Dean, rezó pidiendo la muerte.
Esta vez le tocó a Dean quedarse atónito.
- Perdió a su familia en un accidente de tráfico- continuó el ángel-. Estaba desesperado, y lo único que le impedía suicidarse era su creencia de que estaría cometiendo un pecado horrible. Así que en vez de eso, le pidió a Dios que se lo llevara.
- Pero… pero…
- Dean, no es posible para un alma humana soportar la coexistencia con la de un ángel. Todos mis hermanos ocupan los cuerpos de personas recientemente fallecidas.
- Vaya- murmuró el cazador, impresionado-. Pobre bastardo.
- Ahora es feliz, Dean. Nada podrá volver a apartarle de sus seres queridos.
El hombre consideró esas palabras y luego levantó la vista hacia Castiel.
- Entonces, ¿estás tú solo ahí dentro?
El ángel asintió, sin entender muy bien por qué su respuesta provocaba una sonrisa en el rostro del joven.
- En ese caso, no pasa nada porque haga esto, ¿verdad?- y sin más advertencias, Dean agarró a Castiel de la nuca y le plantó un beso en los labios.

5. General
Algunas veces, Dean envidiaba la fe de Castiel.
Poder confiar tan ciegamente en alguien, no tener que dudar nunca de sus consejos o sus órdenes, saber que siempre podría consultarle cuando no estuviera seguro de qué rumbo tomar e incluso dejarle tomar las decisiones por él… era algo que llevaba echando de menos desde la muerte de John Winchester.
Pero Dean sólo creía en lo que podía ver. Y a Dios no le había visto nunca.
Miró hacia el ángel mientras éste respondía pacientemente a las preguntas que Sam le estaba haciendo sobre quién sabía qué oscuro y complicado pasaje de la Biblia.
Tal vez sí tenía algo en lo que podía creer, después de todo.

6. Humor/Friendship
- Venga ya, Cas.
- No.
- ¿Qué te cuesta?
- He dicho que no.
- Eres un aguafiestas, ¿lo sabías?
- Y tú eres el ser humano más irritante que he conocido jamás.
- Gracias, es mi mayor orgullo. Y pienso seguir siendo irritante hasta que lo hagas.
- Esto es ridículo.
- No, no lo es, es simple curiosidad. Sólo quiero saber si realmente los ángeles cantáis tan bien como dice la gente. ¿Qué hay de malo en eso?
- Dean, créeme, tú no quieres oírme cantar “como un ángel”.

7. H/C
- ¿Por qué yo, Castiel?- la voz de Dean sonaba derrotada y llena de angustia-. Tú estuviste allí, viste lo que hice… ¿En qué estaba pensando Dios? ¿Cómo pudo elegirme a mí para ninguna misión?
Algo se rompió dentro del pecho del ángel al contemplar cómo el cazador se derrumbaba bajo el peso de la culpa y el desprecio por sí mismo. Castiel siempre había sabido que Dean no creía merecer su salvación, pero por más que intentaba entender el por qué, no lo conseguía. Para él estaban tan claros los motivos por los que Dios había distinguido a aquel hombre de entre todos los demás, que no podía concebir cómo era posible que otros no lo viesen. Especialmente el propio Dean.
Trató de encontrar una manera de convencerle, de hacerle entender, pero supo que no había palabras capaces de obrar tal prodigio. Sólo podía hacer una cosa: enseñárselo.
Antes de que Dean pudiera reaccionar, el ángel le agarró por los hombros y apoyó la frente contra la suya. Extendió sus alas y le rodeó con ellas, envolviéndole en un círculo protector.
- Cierra los ojos, Dean.
Al desfilar ante su vista las imágenes del infierno Dean se tensó y trató de apartarse, pero el ángel le retuvo.
- No tengas miedo, no es real. Sólo es un recuerdo- le dijo, tratando de imprimir a su voz toda la serenidad que era capaz. El cazador se relajó instintivamente y Castiel rememoró para él lo que vio al encontrarle allí. Pero a través de su vista de ángel no percibía sólo formas y colores, sino que también, por decirlo de algún modo, “veía” sensaciones. Y lo que vio en Dean era hermoso.
Bajo las sombras de todos sus errores y todos sus pecados, debajo de la desesperación, la culpa, el odio y el miedo, el alma de Dean resplandecía con una luz pura y brillante, hecha de fortaleza, generosidad y amor. Una luz que ni siquiera los horrores del infierno lograban apagar.
Dean abrió los ojos, retirándose un poco para buscar la mirada de Castiel.
- ¿Así es como tú me ves?- preguntó, sobrecogido.
El ángel negó con la cabeza-. No. Así es como eres.

8. AU
- Buenas noches, cariño.
- Buenas noches, mamá.
- Duerme tranquilo y no tengas miedo, los ángeles te cuidarán.
- Ya lo sé, mamá. Ayer vi uno.
Mary esbozó una sonrisa llena de ternura al escuchar la fantasía de su hijo mayor.
- ¿Viste uno? No me digas. ¿Qué aspecto tenía?
- Llevaba una gabardina muy fea y tenía el pelo raro.
La mujer se echó a reír-. ¿Papá te ha dejado ver Colombo otra vez? Dean, ya te he dicho que esa serie no es adecuada para un niño de tu edad, luego siempre tienes pesadillas.
- Que no, mamá, que era un ángel de verdad. ¡Le vi las alas!
- ¡Vaya! ¿En serio?- exclamó ella con exagerado asombro, siguiéndole el juego.
- Bueno, sólo su sombra. ¡Pero eran enoooooooormes!
- Eso es impresionante. ¿Y qué te dijo ese ángel?
- Dijo que no me preocupase, que él se había encargado del hombre de los ojos amarillos.
Mary se quedó paralizada, con la mano suspendida en el aire a medio camino del interruptor de la luz, sintiendo que se le helaba la sangre.
- ¿Q…qué has dicho, cariño?
- Eso. Que se había encargado del hombre de los ojos amarillos para que ya no pudiera haceros daño ni a ti ni a Sammy.
La mujer sintió que empezaba a temblar incontrolablemente.
- También dijo que no le importaba cuál fuera su castigo, porque ahora yo seré feliz- continuó el niño con voz somnolienta, recostándose contra la almohada y arrebujándose en el edredón-. No lo entendí muy bien. ¿Por qué iban a querer castigarle, mami? Era un ángel muy simpático.
- No lo sé, cielo- murmuró ella, esforzándose por que su voz sonara normal-. Realmente no lo sé.
Salió del cuarto de Dean y se dirigió a toda prisa hasta el de Sammy, acuciada por la necesidad de comprobar que estaba bien. Apoyada sobre la barandilla de la cuna, contempló largo rato al bebé dormido mientras intentaba ahuyentar el frío que le invadía el cuerpo. Al levantar la vista, sus ojos recayeron sobre el calendario colgado de la pared, que señalaba el 3 de Noviembre de 1983.
De algún modo sabía que esa fecha era importante. Pero no podía recordar por qué.

9. UST
- No te esfuerces en fingir que lo entiendes, Cas. Sé que vosotros no podéis sentir nada, así que déjalo.
- ¿De dónde sacas esa idea?
- Anna me lo contó- respondió Dean con los dientes apretados en un gesto de rabia.
- ¿Y ya está?- preguntó Castiel en voz baja, ladeando la cabeza mientras escrutaba a Dean con su imperturbable mirada-. ¿Una perfecta desconocida te dice algo así y tú ni siquiera te lo cuestionas, ni siquiera te paras a considerar lo que sabes de mí antes de creerla?
Había una especie de fuego frío en las profundidades azules de esos ojos, el fuego de la indignación, pero también una chispa de algo que se parecía demasiado al dolor como para que Dean se sintiera cómodo sosteniéndole la mirada.
- ¿Es porque hizo el amor contigo, Dean?- continuó el ángel con dureza, avanzando un paso y luego otro, metiéndose en el espacio personal del cazador-. ¿Eso es lo único que hace falta para ganarse tu confianza?
Dean sintió que se le secaba la garganta, pero no precisamente a causa del miedo.

10. Tragedia
No había conseguido llegar a tiempo.
Alguien como él, que podía desplazarse de un extremo al otro del mundo en lo que duraba un batir de alas, sin embargo no había podido alcanzar el altar antes de que el ritual se completase.
Debería haber sido capaz. Lo habría hecho, pero los ojos de Dean se lo habían impedido. Le habían mirado desde allí arriba con una muda súplica escrita en ellos, parándole en seco.
No lo hagas, Cas. No nos detengas. Tenemos que hacer esto. Por favor, compréndelo.
Había sido la sangre de los dos hermanos, manando de los cortes que ellos mismos se habían hecho en las palmas, la que al caer mezclada de sus manos entrelazadas a la mesa de piedra había asegurado el último sello, enviando a Lucifer de vuelta al más recóndito rincón del infierno. Salvando al mundo, y desencadenando en el proceso una explosión de poder que se había cobrado las vidas de los dos.
Ellos sabían que iba a suceder. Castiel también lo sabía. Y habría estado dispuesto a condenar a toda la humanidad por salvarles, si Dean no le hubiera devuelto la razón con una simple mirada. Con eso y una sonrisa de despedida en la que había más amor del que jamás había conocido este mundo ingrato, que nunca llegaría a saber a quién debía agradecerle el siguiente amanecer.
Arrodillado entre los escombros, sosteniendo en su regazo el cadáver del hombre que se había convertido en el ser más importante del cielo y la tierra para él, el ángel aprendió a llorar.


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