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Me vais a perdonar las valientes que leéis este diario, pero hoy necesito desahogarme un poco. Para no dar mucho la vara, usaré el cut.
Como si no fuera bastante con tener viviendo en casa a mi suegra de 83 años (tema que por sí solo daría para una larga y amarga perorata que no quiero soltar hoy aquí), resulta que esta buena mujer tiene una hermana, de 78, que viene a visitarla invariablemente todos los miércoles y domingos por la tarde. Invariablemente. Contra viento, marea, lluvia y granizo si hace falta. Y no es que venga a hacerle una visita de un par de horas, no, se me cuela por las puertas a eso de las tres de la tarde. Muchas veces, mientras todavía estamos comiendo. Empezamos bien.
Y el caso es que la mujer no me cae mal, más bien al contrario. Es una persona muy buena, muy comprensiva, competente como la que más. Lo que pasa es que tiene un importante defecto. Bueno, más bien dos, pero relacionados. El primero es que habla sin parar. Será que como vive sola, va acumulando las ganas de charlar para cuando viene a casa. El segundo, que el 90% de sus conversaciones se centran en dos temas: enfermedades y fluidos corporales. A veces los dos juntos.
¿Dije conversaciones? Creo que eso no es del todo correcto. Más bien monólogos. Lo único que puedes hacer cuando te ataca es dejarla hablar, intercalando de vez en cuando un "Claro" o un "Vaya por Dios". Salirte de ahí es inútil, porque esa mujer es incapaz de participar en una verdadera conversación. Cualquier cosa que tú le comentes, sea lo que sea, ella lo responderá hablando de sí misma. Un ejemplo de esta misma tarde: bajo con mi hija en brazos, recién despertada de la siesta, y la llevo a la habitación de mi suegra para saludarlas a ella y a su hermana. Mi suegra hace un comentario acerca de lo guapa y fresquita que está vestida mi niña. Respuesta de su hermana: "Te voy a decir la verdad, yo en casa no me pongo ni combinación ni sujetador, sólo una batita fresca encima".
Gracias por esa imagen mental, por cierto. ¿He mencionado que tiene 78 años?
Pero escalofríos aparte, a lo que me refería es a que tiene una increíble capacidad para reconducir cualquier intento de conversación hacia sí misma. Si no te contesta con algo que le pasó a ella, es a alguien que ella conoce. Al final te rindes, la dejas hablar y en cuanto puedes, huyes. Es un poco fuerte que yo sienta la necesidad de huir de mi propia casa, pero así es. Además es una de esas personas que cuando te cuentan algo, lo hacen con todos los detalles, y quiero decir todos. Ella jamás te dirá "Me levanté temprano y salí a dar un paseo". Ella te dirá "Me levanté a las siete para hacer pis aunque luego me volví a acostar hasta las ocho, entonces me levanté otra vez, volví a hacer pis, me vestí, me puse los zapatos y salí a dar un paseo".
¿Entendéis lo que quiero decir? ¿Os sorprende que me largue de casa en esas ocasiones?
Bueno, también influye el hecho de que mientras ella está en la habitación, mi suegra no para de preguntarle por lo que estamos haciendo mi marido, la niña o yo. Como mi suegra no nos ve desde su mecedora, y su hermana en cambio se sienta junto a la puerta de la habitación, la tiene en plan espía. Cosa que, tengo que decirlo, a la tía de mi marido le sienta fatal, porque es de las que opinan que mi suegra está demasiado acostumbrada a disponer de su hijo a su antojo, y ya va siendo hora de que lo deje (nos deje) vivir nuestra vida.
Eso sí que es tema para otro día. Si a mi suegra le regalaran un circuito cerrado de televisión con cámaras en todas las habitaciones de mi casa, para tenernos bien controladitos, sería feliz.
Pero como digo, eso es para otro día.
Y el caso es que la mujer no me cae mal, más bien al contrario. Es una persona muy buena, muy comprensiva, competente como la que más. Lo que pasa es que tiene un importante defecto. Bueno, más bien dos, pero relacionados. El primero es que habla sin parar. Será que como vive sola, va acumulando las ganas de charlar para cuando viene a casa. El segundo, que el 90% de sus conversaciones se centran en dos temas: enfermedades y fluidos corporales. A veces los dos juntos.
¿Dije conversaciones? Creo que eso no es del todo correcto. Más bien monólogos. Lo único que puedes hacer cuando te ataca es dejarla hablar, intercalando de vez en cuando un "Claro" o un "Vaya por Dios". Salirte de ahí es inútil, porque esa mujer es incapaz de participar en una verdadera conversación. Cualquier cosa que tú le comentes, sea lo que sea, ella lo responderá hablando de sí misma. Un ejemplo de esta misma tarde: bajo con mi hija en brazos, recién despertada de la siesta, y la llevo a la habitación de mi suegra para saludarlas a ella y a su hermana. Mi suegra hace un comentario acerca de lo guapa y fresquita que está vestida mi niña. Respuesta de su hermana: "Te voy a decir la verdad, yo en casa no me pongo ni combinación ni sujetador, sólo una batita fresca encima".
Gracias por esa imagen mental, por cierto. ¿He mencionado que tiene 78 años?
Pero escalofríos aparte, a lo que me refería es a que tiene una increíble capacidad para reconducir cualquier intento de conversación hacia sí misma. Si no te contesta con algo que le pasó a ella, es a alguien que ella conoce. Al final te rindes, la dejas hablar y en cuanto puedes, huyes. Es un poco fuerte que yo sienta la necesidad de huir de mi propia casa, pero así es. Además es una de esas personas que cuando te cuentan algo, lo hacen con todos los detalles, y quiero decir todos. Ella jamás te dirá "Me levanté temprano y salí a dar un paseo". Ella te dirá "Me levanté a las siete para hacer pis aunque luego me volví a acostar hasta las ocho, entonces me levanté otra vez, volví a hacer pis, me vestí, me puse los zapatos y salí a dar un paseo".
¿Entendéis lo que quiero decir? ¿Os sorprende que me largue de casa en esas ocasiones?
Bueno, también influye el hecho de que mientras ella está en la habitación, mi suegra no para de preguntarle por lo que estamos haciendo mi marido, la niña o yo. Como mi suegra no nos ve desde su mecedora, y su hermana en cambio se sienta junto a la puerta de la habitación, la tiene en plan espía. Cosa que, tengo que decirlo, a la tía de mi marido le sienta fatal, porque es de las que opinan que mi suegra está demasiado acostumbrada a disponer de su hijo a su antojo, y ya va siendo hora de que lo deje (nos deje) vivir nuestra vida.
Eso sí que es tema para otro día. Si a mi suegra le regalaran un circuito cerrado de televisión con cámaras en todas las habitaciones de mi casa, para tenernos bien controladitos, sería feliz.
Pero como digo, eso es para otro día.
Ahora me siento un poco ruin, pero tenía que hacerlo. Lo necesitaba.
Besos.